lunes, 30 de julio de 2012

Aumenta mi fe


¡Creo Señor, pero aumenta mi fe!
Entre todas la súplicas que se le dirigieron a Jesús durante el anuncio del Evangelio no hay quizá ninguna tan desgarradora como la de aquel pobre hombre:
- ¡Creo, Señor, pero ayúdame en mi incredulidad!
Y el buen hombre puso en nuestros labios una súplica que no se nos debiera caer de los labios:
- ¡Fe, más fe, Señor, necesitamos mucha fe!...
La fe es el fundamento de la vida cristiana. Si la fe se debilita, todo se resiente. Podríamos decir que la falta de fe “impide” la acción de Dios en nosotros y en nuestro mundo. Siempre me ha impresionado leer en el Evangelio que Jesús, en Nazaret, donde se había criado, no pudo hacer milagros porque no encontró fe allí (cfr. Mc 6, 56).
Jesús reprochaba con frecuencia a los mismos apóstoles: “No seáis hombres de poca fe”. Pidamos al Señor que nos conceda una fe auténticamente cristiana. En este momento cultural que vivimos, tenemos el peligro de pensar que la fe es algo subjetivo: “todo el mundo cree en algo”, “yo creo a mi manera”… Estas expresiones indican una gran difuminación de la fe. Es más, como dice el Papa, “es como una llama que se va apagando”.

La fe cristiana es creer en Alguien, en una Persona, en Jesucristo, el Hijo único de Dios que ha entrado en nuestra historia para mostrarnos el amor del Padre y para abrirnos un horizonte nuevo. Como nos recuerda el Papa Benedicto: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida…”

La fe cristiana es respuesta amorosa y confiada a Dios, que ha venido a nuestro encuentro y se nos ha manifestado. La fe cristiana no es el resultado de nuestras investigaciones intelectuales, sino acogida del Dios que viene a nosotros. Por esta razón, cultivar la fe exige escuchar la Palabra de Dios, adherirse a Jesucristo, profesar la fe en comunión con la Iglesia, que es su depositaria, y tratar de vivirla en el servicio y amor a los hermanos, tal como nos enseñó el Señor.
Fuente: Catholic.net

1 comentario:

  1. muchas gracias por recordarme que no debo perder mi fe podre perder mi fe al ser humano pero a mi ser superior mi padre divino y hermoso jamas muchas gracias te amo padre

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