Si usted no sabe cómo pedir la curación de una enfermedad, haga esta oración:
"Padre Celestial, que habitas mi interior, impregna con Tu Luz vital cada célula de mi cuerpo, expulsando todos los males, pues éstos no forman parte de mi ser. En mi verdadera realidad, como hijo de Dios perfecto que soy, no existe enfermedad; por eso, que se aleje inmediatamente de mí todo mal, todos los bacilos, microbios, virus, bacterias, tumores y párasitos nocivos, para que la perfección se exprese en mi cuerpo, que es el templo de la Divinidad.
Padre, Tu divino Hijo Jesús dijo: "Pedid y recibiréis, porque todo aquel que pide, recibe"; por lo tanto, tengo la absoluta seguridad de que mi oración de la curación ya es la propia curación. Para mí, ahora sólo existe esta verdad: la curación total.
Aunque la imagen del mal permanezca por algún tiempo en mi cuerpo, sólo existe en mí ahora la imagen mental de la curación y la verdad de mi salud perfecta.
Todas las energías curativas existentes en mí están actuando intensamente, como un ejército poderoso e irresistible, venciendo a los enemigos, fortaleciendo las posiciones debilitadas, reconstruyendo las partes destruidas y regenerando todo mi cuerpo.
Sé que el Poder de Dios actúa en mí y realiza el milagro maravilloso de la curación perfecta.
Esta es mi verdad mental; ésta es, por lo tanto, la verdad de mi cuerpo.
Te agradezco, Padre, porque Tú escuchaste mi oración.
Te doy gracias con toda la alegría y con todas las fuerzas interiores, porque Tu voluntad de perfección y salud se produjo en mí, es respuesta a mi pedido.
Así es y así será. Amén"
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