Siempre podemos contar con nuestro Padre celestial. Sólo ora con mucha fe haciendo tu petición con humildad y lo que desees te será concedido. Si no te crees merecedor de recibir alguna gracia, sólo recuerda la parábola del "Hijo pródigo" y arrepiéntete de lo malo que hayas hecho que Dios siempre está dispuesto a perdonarnos. "Si os volvéis a Dios de corazón y con toda el alma, practicando la verdad, volverá Él a vosotros y nunca más apartará su rostro". (Tobías 13,6)
El poder de la Oración es inmenso y es por eso que en muchos pasajes de la biblia se recomienda dirigirse a Dios mediante la oración (es el canal de comunicación). Incluso cuando creas que todo está perdido, ora con mucha, mucha fe y todos los días hasta conseguir la gracia. Cuando lo hagas, no olvides la humildad, alabar a Dios, agradecerle por todo lo que te ha dado, pedir perdón por tus pecados y hacer tu petición.
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