El Señor siempre nos perdona y nos acompaña. Es cuestión nuestra dejarnos perdonar y acompañar.
El Papa recordó que Dios es un Padre bueno, que nos ha elegido y bendecido antes de la creación del mundo. Un Padre que no abandona, sino que nos sostiene, ayuda y salva con una fidelidad que sobrepasa infinitamente la de los hombres, para abrirse a dimensiones de eternidad.

Actualizada con mensajes semanales o mensuales y el objetivo del blog es aportar algo a todas aquellas personas que anden buscando crecimiento espiritual y emocional, encontrando el amor de Dios. Jesús dijo que Él podría satisfacer deseos en nosotros como nadie más puede satisfacerlos (Juan 4.13-14; 6.35).
viernes, 7 de noviembre de 2014
lunes, 15 de septiembre de 2014
Amar a los enemigos asusta, pero nos lo pide Jesús, dijo el Papa.
2014-09-11 Radio Vaticana
Sólo con un corazón misericordioso podremos, verdaderamente, seguir a
Jesús. Es cuanto afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa
matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta. El Pontífice
reafirmó que la vida cristiana “no es vida autorreferencial”, sino que
es un don, hasta el final, sin egoísmo. Porque sólo así será posible
amar a los propios enemigos como nos lo pide el Señor.
Amen a sus enemigos. El Papa desarrolló su homilía deteniéndose en un pasaje del Evangelio de Lucas en el que el Señor indica el camino del amor sin límites. Jesús, dijo Francisco, nos pide que recemos por quien nos trata mal; y destacó los verbos utilizados por Jesús: “Amen, hagan el bien, bendigan, recen” y “no rechacen”. “Es darse a sí mismo – afirmó el Pontífice – dar el corazón, precisamente a los que no nos quieren, a los que nos hacen mal, a los enemigos. Y ésta es la novedad del Evangelio”. En efecto – prosiguió explicando el Santo Padre – Jesús nos muestra que no tenemos mérito si amamos a los que nos aman, porque eso lo hacen también los pecadores. Los cristianos, en cambio, están llamados a amar a sus enemigos: “Hagan el bien y presten sin esperar nada. Sin interés y su recompensa será grande”. Ciertamente – reconoció el Papa – “el Evangelio es una novedad. Una novedad difícil que hay que llevar adelante, yendo detrás de Jesús”:
“‘Padre, yo… ¡yo no tengo la voluntad de hacer así!’ – ‘Bueno, si no te sientes capaz de esto es un problema tuyo, ¡pero el camino cristiano es éste!’. Éste es el camino que Jesús nos enseña. ‘¿Y qué cosa debo esperar?’. Vayan por el camino de Jesús, que es la misericordia; sean misericordiosos como su Padre es misericordioso. Sólo con un corazón misericordioso podremos hacer todo lo que el Señor nos aconseja. Hasta el final. La vida cristiana no es una vida autorreferencial; es una vida que sale de sí misma para darse a los demás. Es un don, es amor, y el amor no vuelve sobre sí mismo, no es egoísta: se da”.
Jesús – prosiguió diciendo el Papa – nos pide que seamos misericordiosos y que no juzguemos. Tantas veces, dijo, “parece que nosotros hemos sido nombrados jueces de los demás: con chismes, hablando mal… juzgamos a todos”. Y, en cambio, el Señor nos dice: “No juzguen y no serán juzgados. No condenen y no serán condenados”. Y al final nos pide que perdonemos y así seremos perdonados. “Todos los días – recordó Francisco – lo decimos en el Padrenuestro: ‘Perdónanos como nosotros perdonamos’. Si yo no perdono, ‘¿cómo puedo pedir al Padre que me perdone?’”.
“Ésta es la vida cristiana. ‘Pero, Padre, ¡esta es una necedad!’ – ‘Sí’. Hemos escuchado, estos días a San Pablo que decía lo mismo: ‘La necedad de la Cruz de Cristo’, que no tiene nada que ver con la sabiduría del mundo. ‘Pero, Padre, ¿ser cristiano es volverse necio en cierto sentido?’ – ‘Sí’. En cierto sentido, sí. Es renunciar a esa astucia del mundo para hacer todo lo que Jesús nos dice que hagamos; y que si hacemos las cuentas, si hacemos un balance, parece en perjuicio nuestro”.
“Pero éste – advirtió Francisco – es el camino de Jesús: la magnanimidad, la generosidad; el darse a sí mismo sin medida”. Por esto – añadió – “Jesús vino al mundo, y así lo hizo Él: dio, perdonó, no habló mal de nadie, no juzgó”. “Ser cristiano no es fácil – reconoció el Papa – y no “podemos llegar a ser cristianos” sólo “con la gracia de Dios” o sólo “con nuestras fuerzas”:
“Y aquí viene la oración que debemos hacer todos los días: ‘Señor, dame la gracia de llegar a ser un buen cristiano, una buena cristiana, porque yo no logro hacerlo. Una primera lectura de esto, asusta: asusta. Pero no si nosotros tomamos el Evangelio y hacemos una segunda, una tercera, una cuarta lectura del capítulo VI de San Lucas: hagámosla; y si pedimos al Señor la gracia de entender lo que significa ser cristiano, y también la gracia para que Él nos haga cristianos a nosotros. Porque nosotros no pedemos hacerlo solos”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
Amen a sus enemigos. El Papa desarrolló su homilía deteniéndose en un pasaje del Evangelio de Lucas en el que el Señor indica el camino del amor sin límites. Jesús, dijo Francisco, nos pide que recemos por quien nos trata mal; y destacó los verbos utilizados por Jesús: “Amen, hagan el bien, bendigan, recen” y “no rechacen”. “Es darse a sí mismo – afirmó el Pontífice – dar el corazón, precisamente a los que no nos quieren, a los que nos hacen mal, a los enemigos. Y ésta es la novedad del Evangelio”. En efecto – prosiguió explicando el Santo Padre – Jesús nos muestra que no tenemos mérito si amamos a los que nos aman, porque eso lo hacen también los pecadores. Los cristianos, en cambio, están llamados a amar a sus enemigos: “Hagan el bien y presten sin esperar nada. Sin interés y su recompensa será grande”. Ciertamente – reconoció el Papa – “el Evangelio es una novedad. Una novedad difícil que hay que llevar adelante, yendo detrás de Jesús”:
“‘Padre, yo… ¡yo no tengo la voluntad de hacer así!’ – ‘Bueno, si no te sientes capaz de esto es un problema tuyo, ¡pero el camino cristiano es éste!’. Éste es el camino que Jesús nos enseña. ‘¿Y qué cosa debo esperar?’. Vayan por el camino de Jesús, que es la misericordia; sean misericordiosos como su Padre es misericordioso. Sólo con un corazón misericordioso podremos hacer todo lo que el Señor nos aconseja. Hasta el final. La vida cristiana no es una vida autorreferencial; es una vida que sale de sí misma para darse a los demás. Es un don, es amor, y el amor no vuelve sobre sí mismo, no es egoísta: se da”.
Jesús – prosiguió diciendo el Papa – nos pide que seamos misericordiosos y que no juzguemos. Tantas veces, dijo, “parece que nosotros hemos sido nombrados jueces de los demás: con chismes, hablando mal… juzgamos a todos”. Y, en cambio, el Señor nos dice: “No juzguen y no serán juzgados. No condenen y no serán condenados”. Y al final nos pide que perdonemos y así seremos perdonados. “Todos los días – recordó Francisco – lo decimos en el Padrenuestro: ‘Perdónanos como nosotros perdonamos’. Si yo no perdono, ‘¿cómo puedo pedir al Padre que me perdone?’”.
“Ésta es la vida cristiana. ‘Pero, Padre, ¡esta es una necedad!’ – ‘Sí’. Hemos escuchado, estos días a San Pablo que decía lo mismo: ‘La necedad de la Cruz de Cristo’, que no tiene nada que ver con la sabiduría del mundo. ‘Pero, Padre, ¿ser cristiano es volverse necio en cierto sentido?’ – ‘Sí’. En cierto sentido, sí. Es renunciar a esa astucia del mundo para hacer todo lo que Jesús nos dice que hagamos; y que si hacemos las cuentas, si hacemos un balance, parece en perjuicio nuestro”.
“Pero éste – advirtió Francisco – es el camino de Jesús: la magnanimidad, la generosidad; el darse a sí mismo sin medida”. Por esto – añadió – “Jesús vino al mundo, y así lo hizo Él: dio, perdonó, no habló mal de nadie, no juzgó”. “Ser cristiano no es fácil – reconoció el Papa – y no “podemos llegar a ser cristianos” sólo “con la gracia de Dios” o sólo “con nuestras fuerzas”:
“Y aquí viene la oración que debemos hacer todos los días: ‘Señor, dame la gracia de llegar a ser un buen cristiano, una buena cristiana, porque yo no logro hacerlo. Una primera lectura de esto, asusta: asusta. Pero no si nosotros tomamos el Evangelio y hacemos una segunda, una tercera, una cuarta lectura del capítulo VI de San Lucas: hagámosla; y si pedimos al Señor la gracia de entender lo que significa ser cristiano, y también la gracia para que Él nos haga cristianos a nosotros. Porque nosotros no pedemos hacerlo solos”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
El Papa Francisco casó a 20 parejas
El papa Francisco casó a 20 parejas, incluida una formada por una madre soltera
Toda la atención se posó en Gabriella, que había tenido una hija de una relación anterior, y Guido, que había estado casado y su matrimonio fue anulado
El papa ofició hoy los primeros matrimonios de su pontificado al casar a 20 parejas entre las que se incluye una formada por Gabriella, quien fuera madre soltera, y Guido, que había contraído matrimonio en el pasado, aunque luego fue declarado nulo por el tribunal eclesiástico de la Santa Rosa.
Gabriella y Guido, de 56 y 49 años respectivamente, estuvieron acompañados por la hija de la primera.
Otra de las parejas casadas es la de Flaviano y Giulia, los más jóvenes, que habían pensado renunciar al banquete nupcial por el elevado costo del mismo ya que ella trabaja en un restaurante de comida rápida y él acaba de perder su empleo.
Por esta razón, ha sido su parroquia la que se ha movilizado para organizar una fiesta en la que participará "toda la comunidad", consigna la agencia EFE.
Francisco, durante la ceremonia, recordó a los contrayentes que la institución del matrimonio es un "símbolo de vida real, no de ficción" por lo que, además de alegrías, también habrá dificultades pero, según explicó, eso es lo que la hace "humana".
"El matrimonio es un símbolo de vida, de la vida real, íno es una ficción! Es la reciprocidad de las diferencias, no es un camino fácil, sin conflictos, no... porque de ser así no sería humano. Es un recorrido a veces difícil y conflictivo pero íesa es la vida!", dijo.
El Papa ofició este rito un mes antes de que se lleve a cabo el Sínodo de obispos sobre la Familia, que comenzará el próximo 5 de octubre y que deberá trazar la línea pastoral en este ámbito.
En este sentido, señaló que las familias son "el primer lugar donde nos formamos como personas y, al mismo tiempo, ejercen de 'ladrillos' para la construcción de la sociedad".
Francisco ya presidió la imposición de otros sacramentos como la confirmación o la ordenación sacerdotal pero, como obispo de Roma, aún no había casado a ninguno de sus fieles.
Pasaron 14 años desde la última ocasión en la que un pontífice ofició de forma pública y colectiva un matrimonio.
Fue en el año 2000, cuando Juan Pablo II impartió este sacramento a una serie de prometidos con motivo del Jubileo.
Télam y EFE.
Toda la atención se posó en Gabriella, que había tenido una hija de una relación anterior, y Guido, que había estado casado y su matrimonio fue anulado
El papa ofició hoy los primeros matrimonios de su pontificado al casar a 20 parejas entre las que se incluye una formada por Gabriella, quien fuera madre soltera, y Guido, que había contraído matrimonio en el pasado, aunque luego fue declarado nulo por el tribunal eclesiástico de la Santa Rosa.
Otra de las parejas casadas es la de Flaviano y Giulia, los más jóvenes, que habían pensado renunciar al banquete nupcial por el elevado costo del mismo ya que ella trabaja en un restaurante de comida rápida y él acaba de perder su empleo.
Por esta razón, ha sido su parroquia la que se ha movilizado para organizar una fiesta en la que participará "toda la comunidad", consigna la agencia EFE.
Francisco, durante la ceremonia, recordó a los contrayentes que la institución del matrimonio es un "símbolo de vida real, no de ficción" por lo que, además de alegrías, también habrá dificultades pero, según explicó, eso es lo que la hace "humana".
"El matrimonio es un símbolo de vida, de la vida real, íno es una ficción! Es la reciprocidad de las diferencias, no es un camino fácil, sin conflictos, no... porque de ser así no sería humano. Es un recorrido a veces difícil y conflictivo pero íesa es la vida!", dijo.
El Papa ofició este rito un mes antes de que se lleve a cabo el Sínodo de obispos sobre la Familia, que comenzará el próximo 5 de octubre y que deberá trazar la línea pastoral en este ámbito.
En este sentido, señaló que las familias son "el primer lugar donde nos formamos como personas y, al mismo tiempo, ejercen de 'ladrillos' para la construcción de la sociedad".
Francisco ya presidió la imposición de otros sacramentos como la confirmación o la ordenación sacerdotal pero, como obispo de Roma, aún no había casado a ninguno de sus fieles.
Pasaron 14 años desde la última ocasión en la que un pontífice ofició de forma pública y colectiva un matrimonio.
Fue en el año 2000, cuando Juan Pablo II impartió este sacramento a una serie de prometidos con motivo del Jubileo.
Télam y EFE.
martes, 19 de agosto de 2014
Padre Javier Mori celebra Misa en el Cerro Largo
Is 56, 1. 6-7 - Guía: El profeta recuerda que Dios llama a todos los pueblos a la salvación y no sólo a los judíos. Su templo se llamará: “Casa de oración para todos los pueblos”.
Lectura del libro de Isaías.
Así habla el Señor: “Observen el derecho y practiquen la justicia, porque muy pronto llegará mi salvación y ya está por revelarse mi justicia. Y a los hijos de una tierra extranjera que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y para ser sus servidores, a todos los que observen el sábado sin profanarlo y se mantengan firmes en mi alianza, Yo los conduciré hasta mi santa Montaña y los colmaré de alegría en mi Casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos. Palabra de Dios.
Esto dijo el padre Javier:"La montaña es Santa cuando nosotros venimos y alabamos e invocamos a Dios juntos, pero también es Santa porque la bendijo desde el avión un Papa que ahora es un santo: San Juan Pablo segundo. Se hizo esto por él. Acá le pusimos con cal bien grande "VIVA EL PAPA" para que lo viera desde el aire.Y cuando el obispo le pidió que bendijera él bendijo este lugar. Y también es Santo este lugar porque acá viene la gente peregrinando en oración y es lindo que esto se haya vuelto una realidad para la gente de Cerro Largo y de la Diósesis porque la Diósesis entera viene a reza racá una vez al año . Demos Gracias al Señor. La montaña es un lugar que Jesús privilegió en su vida hasta para rezar. Se iba solo a la montaña a rezar. En la montaña fue el lugar donde el se transfiguró delante de los apóstoles y tomó su semblanza divina. En la montaña estuvo junto a Moisés y Elías que eran personajes de la montaña, porque en el monte Sinaí ellos se encontraron con Dios. La montaña -el cerro para nosotros- llega a ser un lugar de encuentro con Dios."
Lectura del libro de Isaías.
Así habla el Señor: “Observen el derecho y practiquen la justicia, porque muy pronto llegará mi salvación y ya está por revelarse mi justicia. Y a los hijos de una tierra extranjera que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y para ser sus servidores, a todos los que observen el sábado sin profanarlo y se mantengan firmes en mi alianza, Yo los conduciré hasta mi santa Montaña y los colmaré de alegría en mi Casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar, porque mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos. Palabra de Dios.
Esto dijo el padre Javier:"La montaña es Santa cuando nosotros venimos y alabamos e invocamos a Dios juntos, pero también es Santa porque la bendijo desde el avión un Papa que ahora es un santo: San Juan Pablo segundo. Se hizo esto por él. Acá le pusimos con cal bien grande "VIVA EL PAPA" para que lo viera desde el aire.Y cuando el obispo le pidió que bendijera él bendijo este lugar. Y también es Santo este lugar porque acá viene la gente peregrinando en oración y es lindo que esto se haya vuelto una realidad para la gente de Cerro Largo y de la Diósesis porque la Diósesis entera viene a reza racá una vez al año . Demos Gracias al Señor. La montaña es un lugar que Jesús privilegió en su vida hasta para rezar. Se iba solo a la montaña a rezar. En la montaña fue el lugar donde el se transfiguró delante de los apóstoles y tomó su semblanza divina. En la montaña estuvo junto a Moisés y Elías que eran personajes de la montaña, porque en el monte Sinaí ellos se encontraron con Dios. La montaña -el cerro para nosotros- llega a ser un lugar de encuentro con Dios."
jueves, 31 de julio de 2014
10 consejos para ser feliz
En una entrevista con una revista argentina, el pontífice ofrece diez consejos para ser feliz, como 'vivir y dejar vivir, jugar, ayudar a otros y cuidar la naturaleza'.
Vivir y dejar vivir, jugar, ayudar a otros,cuidar la naturaleza, buscar la paz, respetar a los demás y olvidarse
rápido de lo negativo son algunos de los diez consejos para alcanzar la felicidad que el papa Francisco dio en una entrevista publicada hoy por una revista argentina.
1-"Viví y dejá vivir, es el primer paso de la paz y la felicidad", dijo el Sumo Pontífice en una entrevista con Viva, la revista dominical del diario Clarín.
2-Como parte de este decálogo para la felicidad, Francisco recomendó no dejar de brindarse a los demás pues "si uno se estanca, corre el riesgo de ser egoísta" y "el agua estancada es la primera que se corrompe".
3-También aconsejó moverse "remansadamente", término que tomó de un clásico de la literatura argentina."En 'Don Segundo Sombra' hay una cosa muy linda, de alguien que relee su vida. Dice que de joven era un arroyo pedregoso que se llevaba por delante todo; que de adulto era un río que andaba adelante y que en la vejez se sentía en movimiento, pero lentamente remansado. Yo utilizaría esta imagen del poeta y novelista Ricardo Güiraldes, ese último adjetivo, remansado. La capacidad de moverse con benevolencia y humildad, el remanso de la vida", sostuvo.
4-Otra de las claves está en la "sana cultura del ocio", disfrutar de leer, el arte y los juegos con los niños."Ahora confieso poco, pero en Buenos Aires confesaba mucho y cuando venía una mamá joven le preguntaba: '¿Cuántos hijos tenés? ¿Jugás con tus hijos?' Y era una pregunta que no se esperaba, pero yo le decía que jugar con los chicos es clave, es una cultura sana. Es difícil, los padres se van a trabajar temprano y vuelven a veces cuando sus hijos duermen, es difícil, pero hay que hacerlo", recomendó.
5-En la misma línea, bregó por los domingos compartidos en familia."El otro día, en Campobasso, fui a una reunión entre el mundo de la universidad y el mundo obrero, todos reclamaban el domingo no laborable. El domingo es para la familia", afirmó.
6-Asimismo, aconsejó ayudar en forma creativa a los jóvenes a conseguir un empleo digno.
"Hay que ser creativos con esta franja. Si faltan oportunidades, caen en la droga. Y está muy alto el índice de suicidios entre los jóvenes sin trabajo. El otro día leí, pero no me fío porque no es un dato científico, que había 75 millones de jóvenes de 25 años para abajo desocupados. No alcanza con darles de comer: hay que inventarles cursos de un año de plomero, electricista, costurero. La dignidad te la da el llevar el pan a casa", dijo.
7-También recomendó cuidar la naturaleza. El papa Francisco se refirió por primera vez al medio ambiente el 19 de marzo del 2013 en la misa de inauguración de su pontificado. Insistió en la necesidad de custodiar la naturaleza. Tres meses después, en el «Día Mundial del Medio Ambiente» de Naciones Unidas, el Papa recordó que la “ecología humana”, estrechamente relacionada con la ecología medioambiental. “Estamos viviendo un momento de crisis. Lo vemos en el medio ambiente, pero sobre todo en el ser humano”, pues mientras unos pasan hambre -incluso en países donde se tiran diariamente a la basura miles de toneladas de alimentos- otros derrochan y destruyen caprichosamente los recursos naturales.La principal causa del desastre ambiental: “hoy no manda el hombre, sino el dinero”.
8- Olvidarse pronto de lo malo que afecta la vida."La necesidad de hablar mal del otro indica una baja autoestima, es decir: yo me siento tan abajo que en vez de subir, bajo al otro. Olvidarse rápido de lo negativo es sano", dijo.
9-Asimismo invitó a dejar de lado el proselitismo religioso para contagiar la fe desde un diálogo que no se impone."Podemos inquietar al otro desde el testimonio, para que ambos progresen en esa comunicación, pero lo peor que puede haber es el proselitismo religioso, que paraliza: 'Yo dialogo contigo para convencerte', no. Cada uno dialoga desde su identidad. La Iglesia crece por atracción, no por proselitismo", aseguró.
10-Su último consejo fue el de buscar activamente la paz."Estamos viviendo en una época de mucha guerra. En África parecen guerras tribales, pero son algo más. La guerra destruye. Y el clamor por la paz hay que gritarlo. La paz a veces da la idea de quietud, pero nunca es quietud, siempre es una paz activa", aseguró.
El Papa dijo que su nominación al Nobel de la Paz no forma parte de su 'agenda'."Nunca acepté doctorados y esas cosas que ofrecen, sin despreciar. Ni se me ocurre pensar en eso, y menos voy a pensar qué haría con esa plata, con toda franqueza. Pero evidentemente, prescindiendo de un premio o no premio, creo que todos tienen que estar comprometidos con el asunto de la paz, hacer todo lo que uno puede, lo que puedo hacer yo desde acá. La paz es el lenguaje que hay que hablar", dijo.
En la entrevista, Francisco también contó la historia de la medalla del Sagrado Corazón de Jesús que lleva en el pecho."Es de una señora que ayudaba a mi mamá a lavar la ropa, cuando no había lavarropas, con la tabla, a mano. Éramos cinco nosotros, mamá sola, esta señora venía tres veces por semana a ayudarla", contó.
Recordó que era una mujer de Sicilia que había emigrado a Argentina con dos hijos, viuda, después de que su marido muriera en la guerra.
Francisco se reencontró con la mujer cuando ya era una anciana y la acompañó durante diez años, hasta su muerte."Pero unos días antes se sacó esta medalla y me dijo 'quiero que la lleves vos', y todas las noches cuando me la saco y la beso y todas las mañana cuando me la pongo, la imagen de esa mujer se me aparece. Era una anónima, nadie la conocía, pero se llamaba Concepción María Minuto. Murió feliz, con una sonrisa, con la dignidad de quien trabajó", contó el Papa.
Francisco reveló que es gracias a esta mujer que él le tiene tanto cariño a las empleadas domésticas, "que tienen que tener todos los derechos sociales".
Vivir y dejar vivir, jugar, ayudar a otros,cuidar la naturaleza, buscar la paz, respetar a los demás y olvidarse
rápido de lo negativo son algunos de los diez consejos para alcanzar la felicidad que el papa Francisco dio en una entrevista publicada hoy por una revista argentina.
1-"Viví y dejá vivir, es el primer paso de la paz y la felicidad", dijo el Sumo Pontífice en una entrevista con Viva, la revista dominical del diario Clarín.
2-Como parte de este decálogo para la felicidad, Francisco recomendó no dejar de brindarse a los demás pues "si uno se estanca, corre el riesgo de ser egoísta" y "el agua estancada es la primera que se corrompe".
3-También aconsejó moverse "remansadamente", término que tomó de un clásico de la literatura argentina."En 'Don Segundo Sombra' hay una cosa muy linda, de alguien que relee su vida. Dice que de joven era un arroyo pedregoso que se llevaba por delante todo; que de adulto era un río que andaba adelante y que en la vejez se sentía en movimiento, pero lentamente remansado. Yo utilizaría esta imagen del poeta y novelista Ricardo Güiraldes, ese último adjetivo, remansado. La capacidad de moverse con benevolencia y humildad, el remanso de la vida", sostuvo.
4-Otra de las claves está en la "sana cultura del ocio", disfrutar de leer, el arte y los juegos con los niños."Ahora confieso poco, pero en Buenos Aires confesaba mucho y cuando venía una mamá joven le preguntaba: '¿Cuántos hijos tenés? ¿Jugás con tus hijos?' Y era una pregunta que no se esperaba, pero yo le decía que jugar con los chicos es clave, es una cultura sana. Es difícil, los padres se van a trabajar temprano y vuelven a veces cuando sus hijos duermen, es difícil, pero hay que hacerlo", recomendó.
5-En la misma línea, bregó por los domingos compartidos en familia."El otro día, en Campobasso, fui a una reunión entre el mundo de la universidad y el mundo obrero, todos reclamaban el domingo no laborable. El domingo es para la familia", afirmó.
6-Asimismo, aconsejó ayudar en forma creativa a los jóvenes a conseguir un empleo digno.
"Hay que ser creativos con esta franja. Si faltan oportunidades, caen en la droga. Y está muy alto el índice de suicidios entre los jóvenes sin trabajo. El otro día leí, pero no me fío porque no es un dato científico, que había 75 millones de jóvenes de 25 años para abajo desocupados. No alcanza con darles de comer: hay que inventarles cursos de un año de plomero, electricista, costurero. La dignidad te la da el llevar el pan a casa", dijo.
7-También recomendó cuidar la naturaleza. El papa Francisco se refirió por primera vez al medio ambiente el 19 de marzo del 2013 en la misa de inauguración de su pontificado. Insistió en la necesidad de custodiar la naturaleza. Tres meses después, en el «Día Mundial del Medio Ambiente» de Naciones Unidas, el Papa recordó que la “ecología humana”, estrechamente relacionada con la ecología medioambiental. “Estamos viviendo un momento de crisis. Lo vemos en el medio ambiente, pero sobre todo en el ser humano”, pues mientras unos pasan hambre -incluso en países donde se tiran diariamente a la basura miles de toneladas de alimentos- otros derrochan y destruyen caprichosamente los recursos naturales.La principal causa del desastre ambiental: “hoy no manda el hombre, sino el dinero”.
8- Olvidarse pronto de lo malo que afecta la vida."La necesidad de hablar mal del otro indica una baja autoestima, es decir: yo me siento tan abajo que en vez de subir, bajo al otro. Olvidarse rápido de lo negativo es sano", dijo.
9-Asimismo invitó a dejar de lado el proselitismo religioso para contagiar la fe desde un diálogo que no se impone."Podemos inquietar al otro desde el testimonio, para que ambos progresen en esa comunicación, pero lo peor que puede haber es el proselitismo religioso, que paraliza: 'Yo dialogo contigo para convencerte', no. Cada uno dialoga desde su identidad. La Iglesia crece por atracción, no por proselitismo", aseguró.
10-Su último consejo fue el de buscar activamente la paz."Estamos viviendo en una época de mucha guerra. En África parecen guerras tribales, pero son algo más. La guerra destruye. Y el clamor por la paz hay que gritarlo. La paz a veces da la idea de quietud, pero nunca es quietud, siempre es una paz activa", aseguró.
El Papa dijo que su nominación al Nobel de la Paz no forma parte de su 'agenda'."Nunca acepté doctorados y esas cosas que ofrecen, sin despreciar. Ni se me ocurre pensar en eso, y menos voy a pensar qué haría con esa plata, con toda franqueza. Pero evidentemente, prescindiendo de un premio o no premio, creo que todos tienen que estar comprometidos con el asunto de la paz, hacer todo lo que uno puede, lo que puedo hacer yo desde acá. La paz es el lenguaje que hay que hablar", dijo.
En la entrevista, Francisco también contó la historia de la medalla del Sagrado Corazón de Jesús que lleva en el pecho."Es de una señora que ayudaba a mi mamá a lavar la ropa, cuando no había lavarropas, con la tabla, a mano. Éramos cinco nosotros, mamá sola, esta señora venía tres veces por semana a ayudarla", contó.
Recordó que era una mujer de Sicilia que había emigrado a Argentina con dos hijos, viuda, después de que su marido muriera en la guerra.
Francisco se reencontró con la mujer cuando ya era una anciana y la acompañó durante diez años, hasta su muerte."Pero unos días antes se sacó esta medalla y me dijo 'quiero que la lleves vos', y todas las noches cuando me la saco y la beso y todas las mañana cuando me la pongo, la imagen de esa mujer se me aparece. Era una anónima, nadie la conocía, pero se llamaba Concepción María Minuto. Murió feliz, con una sonrisa, con la dignidad de quien trabajó", contó el Papa.
Francisco reveló que es gracias a esta mujer que él le tiene tanto cariño a las empleadas domésticas, "que tienen que tener todos los derechos sociales".
domingo, 11 de mayo de 2014
Papa Francisco: La puerta de la misericordia
Homilía del Papa Francisco en la ordenación de 13 sacerdotes
El Papa Francisco presidió la mañana de este domingo la Santa Misa en la basílica de san Pedro con la ordenación presbiteral de 13 diáconos, a quienes pidió que no se cansen nunca de ser misericordiosos.
Después de la presentación de los ordenándoos el Papa reflexionó sobre la importancia del sacramento presbiteral y les recordó que si cierran “las puertas de la Iglesia”, no serán buenos “pastores”.
Les pidió que se empeñaran en “unir a los fieles en una única familia y que tengan siempre delante la figura del Buen Pastor”.
Durante la homilía reconoció que le duele mucho ver “que las personas no van a confesarse porque han sido tratadas mal por el sacerdote, porque les han regañado o porque han visto que las puertas de la Iglesia se les cerraban en la cara”. Por eso ha insistido a los diáconos en que tengan “tanta misericordia”.
Una vez terminada la homilía, el Papa preguntó uno a uno si querían tomar el sacramento sacerdotal. Después de las letanías, el Santo Padre impuso las manos sobre la cabeza de cada elegido, y continuando con el rito, los ordenandos, ayudados por otros presbíteros, se pusieron la estola sacerdotal y la casulla. Luego el Papa les ungió con el sagrado crisma las palmas de las manos, y también entregó a cada uno el pan sobre la patena y el cáliz con el vino preparados para la celebración de la misa. Finalmente abrazó a todos los recién ordenados. Seguidamente la homilía completa del Papa.
Homilía completa del Santo Padre Francisco
Queridos hermanos, estos nuestros hijos y hermanos han sido llamados la orden del presbiterado. Como ustedes saben bien, el Señor Jesús es el único Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento, pero también en Él todo el pueblo santo de Dios ha sido establecido pueblo sacerdotal.
No menos importante entre todos sus discípulos, el Señor Jesús quiere escoger algunos en particular, para que ejercitando públicamente en la iglesia su nombre y el oficio sacerdotal en favor de todos los hombres para continúen su misión personal de Maestro, Sacerdote y Pastor. Después de una profunda reflexión vamos a elevar al Orden de los Presbíteros a nuestros hermanos, para que al servicio de Cristo, Sacerdote y Pastor, cooperen en la edificación del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia de Cristo: el pueblo de Dios es el templo santo en el Espíritu. Ellos, de hecho, serán configurados a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, es decir, serán consagrados como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento. Y con este título que les une a su obispo en el sacerdocio, serán predicadores del Evangelio, pastores del pueblo de Dios y presidirán los actos de culto, sobre todo la celebración del sacrificio del Señor.
En cuanto a ustedes, amados hijos, que van a ser promovidos al orden sacerdotal, consideren que por el ejercicio del ministerio de la sagrada doctrina van a ser partícipes de la misión de Cristo, el único Maestro.Dispensarán a todos aquella palabra de Dios, que ustedes mismos han recibido con alegría, de sus madres, de sus catequistas. Lean y mediten asiduamente la Palabra del Señor para creer lo que han leído, para enseñar lo que ha aprendido en la fe, para vivir lo que han enseñado. ¡Sea, por lo tanto, alimento para el pueblo de Dios su doctrina, que no es suya y ustedes no son dueños de la doctrina! Es la doctrina del Señor y ustedes han de ser fieles a la doctrina del Señor! Sea, por lo tanto, alimento para el pueblo de Dios su doctrina. La alegría y el apoyo a los fieles de Cristo, el perfume de sus vidas, porque con la palabra y el ejemplo edificarán la casa de Dios, que es la Iglesia. Y así ustedes van a continuar la obra santificadora de Cristo. A través de su ministerio, el sacrificio espiritual de los fieles se hace perfecto, porque unido al sacrificio de Cristo, con sus manos, en nombre de toda la Iglesia, se ofrece en el altar de la celebración de los santos misterios. Reconozcan, pues, lo que realicen, imiten lo que celebran, porque participando al misterio de la muerte y resurrección del Señor, llevarán la muerte de Cristo en sus miembros y caminarán con Él en una vida nueva.
Con el Bautismo agregarán nuevos fieles al pueblo de Dios; con el Sacramento de la Penitencia perdonarán los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia. Y aquí me quiero detener y pedirles que, por el amor de Jesucristo, no se cansen nunca de ser misericordiosos. Por favor, tengan esa capacidad de perdón que tuvo el Señor, que ¡no vino a condenar sino para perdonar! Tengan misericordia, tanta misericordia! Y si les viene el escrúpulo de ser demasiado “perdonadores” piensen en el santo cura del que les hablé que iba delante del Santísimo y decía: “Señor, perdóname si he perdonado demasiado, pero eres tú el que me ha dado el mal ejemplo de perdonar tanto”. Es así…Pero yo les digo verdaderamente, que siento tanto dolor cuando encuentro gente que no va a confesarse porque ha sido maltratada, muy mal, regañada; ¡han visto como les cerraban las puertas de la Iglesia en la cara! Por favor no hagan esto: misericordia, misericordia.
El buen pastor entra por la puerta y la puerta de la misericordia son las llagas del Señor: si ustedes no entran en su ministerio por las llagas del Señor, ustedes no serán buenos pastores.Con el óleo santo darán alivio a los enfermos; celebrando los ritos sagrados y rezando la liturgia de las horas, serán la voz del pueblo de Dios, y de toida la humanidad. Concientes de haber sido elegidos entre los hombres para atender las cosas de Dios, ejerciten con alegría y caridad la obra sacerdotal de Cristo, buscando agradar a Dios y no a ustedes mismos.
Y piensen en lo que decía San Agustín de los pastores que buscaban agradarse a sí mismos y usaban las ovejas del Señor como alimento y para vestirse y para tener majestad de un ministerio que no se sabía si era de Dios. Participando en la misión de Cristo en comunión con su obispo empéñense en formar una sola familia, para unir a los fieles para conducirles a Dios Padre, por medio de Cristo, en el Espíritu Santo.
Tengan siempre ante los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que no ha venido para ser servido, sino para buscar y salvar a los que están perdidos.
(Traducción de Mónica Zorita y Eduardo Rubió)
El Papa Francisco presidió la mañana de este domingo la Santa Misa en la basílica de san Pedro con la ordenación presbiteral de 13 diáconos, a quienes pidió que no se cansen nunca de ser misericordiosos.
Después de la presentación de los ordenándoos el Papa reflexionó sobre la importancia del sacramento presbiteral y les recordó que si cierran “las puertas de la Iglesia”, no serán buenos “pastores”.
Les pidió que se empeñaran en “unir a los fieles en una única familia y que tengan siempre delante la figura del Buen Pastor”.
Durante la homilía reconoció que le duele mucho ver “que las personas no van a confesarse porque han sido tratadas mal por el sacerdote, porque les han regañado o porque han visto que las puertas de la Iglesia se les cerraban en la cara”. Por eso ha insistido a los diáconos en que tengan “tanta misericordia”.
Una vez terminada la homilía, el Papa preguntó uno a uno si querían tomar el sacramento sacerdotal. Después de las letanías, el Santo Padre impuso las manos sobre la cabeza de cada elegido, y continuando con el rito, los ordenandos, ayudados por otros presbíteros, se pusieron la estola sacerdotal y la casulla. Luego el Papa les ungió con el sagrado crisma las palmas de las manos, y también entregó a cada uno el pan sobre la patena y el cáliz con el vino preparados para la celebración de la misa. Finalmente abrazó a todos los recién ordenados. Seguidamente la homilía completa del Papa.
Homilía completa del Santo Padre Francisco
Queridos hermanos, estos nuestros hijos y hermanos han sido llamados la orden del presbiterado. Como ustedes saben bien, el Señor Jesús es el único Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento, pero también en Él todo el pueblo santo de Dios ha sido establecido pueblo sacerdotal.
No menos importante entre todos sus discípulos, el Señor Jesús quiere escoger algunos en particular, para que ejercitando públicamente en la iglesia su nombre y el oficio sacerdotal en favor de todos los hombres para continúen su misión personal de Maestro, Sacerdote y Pastor. Después de una profunda reflexión vamos a elevar al Orden de los Presbíteros a nuestros hermanos, para que al servicio de Cristo, Sacerdote y Pastor, cooperen en la edificación del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia de Cristo: el pueblo de Dios es el templo santo en el Espíritu. Ellos, de hecho, serán configurados a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, es decir, serán consagrados como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento. Y con este título que les une a su obispo en el sacerdocio, serán predicadores del Evangelio, pastores del pueblo de Dios y presidirán los actos de culto, sobre todo la celebración del sacrificio del Señor.
En cuanto a ustedes, amados hijos, que van a ser promovidos al orden sacerdotal, consideren que por el ejercicio del ministerio de la sagrada doctrina van a ser partícipes de la misión de Cristo, el único Maestro.Dispensarán a todos aquella palabra de Dios, que ustedes mismos han recibido con alegría, de sus madres, de sus catequistas. Lean y mediten asiduamente la Palabra del Señor para creer lo que han leído, para enseñar lo que ha aprendido en la fe, para vivir lo que han enseñado. ¡Sea, por lo tanto, alimento para el pueblo de Dios su doctrina, que no es suya y ustedes no son dueños de la doctrina! Es la doctrina del Señor y ustedes han de ser fieles a la doctrina del Señor! Sea, por lo tanto, alimento para el pueblo de Dios su doctrina. La alegría y el apoyo a los fieles de Cristo, el perfume de sus vidas, porque con la palabra y el ejemplo edificarán la casa de Dios, que es la Iglesia. Y así ustedes van a continuar la obra santificadora de Cristo. A través de su ministerio, el sacrificio espiritual de los fieles se hace perfecto, porque unido al sacrificio de Cristo, con sus manos, en nombre de toda la Iglesia, se ofrece en el altar de la celebración de los santos misterios. Reconozcan, pues, lo que realicen, imiten lo que celebran, porque participando al misterio de la muerte y resurrección del Señor, llevarán la muerte de Cristo en sus miembros y caminarán con Él en una vida nueva.
Con el Bautismo agregarán nuevos fieles al pueblo de Dios; con el Sacramento de la Penitencia perdonarán los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia. Y aquí me quiero detener y pedirles que, por el amor de Jesucristo, no se cansen nunca de ser misericordiosos. Por favor, tengan esa capacidad de perdón que tuvo el Señor, que ¡no vino a condenar sino para perdonar! Tengan misericordia, tanta misericordia! Y si les viene el escrúpulo de ser demasiado “perdonadores” piensen en el santo cura del que les hablé que iba delante del Santísimo y decía: “Señor, perdóname si he perdonado demasiado, pero eres tú el que me ha dado el mal ejemplo de perdonar tanto”. Es así…Pero yo les digo verdaderamente, que siento tanto dolor cuando encuentro gente que no va a confesarse porque ha sido maltratada, muy mal, regañada; ¡han visto como les cerraban las puertas de la Iglesia en la cara! Por favor no hagan esto: misericordia, misericordia.
El buen pastor entra por la puerta y la puerta de la misericordia son las llagas del Señor: si ustedes no entran en su ministerio por las llagas del Señor, ustedes no serán buenos pastores.Con el óleo santo darán alivio a los enfermos; celebrando los ritos sagrados y rezando la liturgia de las horas, serán la voz del pueblo de Dios, y de toida la humanidad. Concientes de haber sido elegidos entre los hombres para atender las cosas de Dios, ejerciten con alegría y caridad la obra sacerdotal de Cristo, buscando agradar a Dios y no a ustedes mismos.
Y piensen en lo que decía San Agustín de los pastores que buscaban agradarse a sí mismos y usaban las ovejas del Señor como alimento y para vestirse y para tener majestad de un ministerio que no se sabía si era de Dios. Participando en la misión de Cristo en comunión con su obispo empéñense en formar una sola familia, para unir a los fieles para conducirles a Dios Padre, por medio de Cristo, en el Espíritu Santo.
Tengan siempre ante los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que no ha venido para ser servido, sino para buscar y salvar a los que están perdidos.
(Traducción de Mónica Zorita y Eduardo Rubió)
domingo, 20 de abril de 2014
Felices Pascuas. Mensaje de Arzobispo Sturla de Uruguay
"¡Alegría mía, Cristo ha resucitado!" Con este antiguo saludo pascual quiero llegar a cada uno de ustedes para que "levantemos el corazón" desde la esperanza renovada de la Pascua.
Hace unos días el Vicario Pastoral, que ha trabajado mucho en la pastoral carcelaria, me entregó el "Protocolo de la vida y atención religiosa en las cárceles". Es todo un avance que la sociedad civil y el estado reconozcan la necesidad espiritual de nuestros hermanos que están privados de libertad. Muchos de ellos son jóvenes. La alegría del paso dado me trajo, con todo, cierta tristeza. Pensé: si esa asistencia espiritual la hubieran recibido antes de caer en la cárcel, ¿estarían allí ahora?
Discutimos si está bien o no la regulación de la marihuana, nos quejamos de la sociedad consumista, nos horrorizamos por los casos de violencia doméstica o de prostitución infantil, pero estas situaciones se dan en el trasfondo de un gran vacío espiritual, o, como muchos llaman, de una pérdida de valores en nuestra sociedad. ¿Hacemos algo para remediarlo?
Se habla a nivel político de los problemas de nuestra educación. Y aunque aparece aquí y allá el tema de los valores, la mayoría de las discusiones se refieren a la caída en el nivel de conocimientos de nuestros chicos. Pero, ¿tenemos en cuenta su formación espiritual? ¿Nos ocupamos realmente de ayudarles a construir un sentido de vida y un proyecto que los realice como personas y ciudadanos? ¿O reservamos la "asistencia espiritual" para la cárcel y los centros de rehabilitación de adicciones?
La Pascua es la gran fiesta de la liberación y del triunfo de la vida. Lo fue para el pueblo judío que la sigue conmemorando como la salida de la esclavitud de Egipto por la mano poderosa de Dios. Lo es para los cristianos que celebramos en ella la muerte y resurrección de Jesús. Cristo nos libera del pecado, de la deshumanización, del mal y de la muerte. El cirio pascual encendido en nuestras iglesias nos recuerda que Jesús es la luz capaz de disipar las tinieblas del corazón y del espíritu humano.
Los seres humanos somos contradictorios y complejos, pero Dios es simple. Cuando nos acercamos a Él nuestra vida se hace más sencilla, nuestros problemas cotidianos encuentran caminos de solución o, al menos, recibimos mayor claridad para resolverlos y fuerza para sobrellevarlos. Jesús nos libera, aligera la carga a veces pesada de nuestra vida, y sana nuestras heridas. Nos impulsa al bien, nos llena de esperanza y alegría.
La educación de nuestros niños, adolescentes y jóvenes no puede desconocer la dimensión religiosa. A Aveces los chicos están cargados de actividades, ¿está entre ellas su formación religiosa? Las familias católicas o de tradición cristiana, no pueden dejar para más adelante lo que es su primera responsabilidad, la que asumen el día del bautismo de sus hijos. Se les ha preguntado en ese día: "¿Saben que se obligan a educar a su hijo en la fe para que este niño, guardando los mandamientos de Dios, ame al Señor y al prójimo como Cristo nos enseña en el Evangelio?"
Cuando uno ve jóvenes cristianos llenos de vida, de iniciativas, de espíritu misionero y de servicio, orantes y alegres, encuentra que la Pascua sigue presente entre nosotros. Cristo está vivo, la luz pascual brilla. Las tinieblas del consumismo, del sexo por diversión, de la droga y la delincuencia, dan paso, en quienes se acercan a Cristo y descubren el gozo de su amistad, a la luz del servicio, del amor puro, de la vida plena de sentido.
Abrirse a la dimensión religiosa en la formación de las futuras generaciones es un "debe" de nuestra sociedad. Educar en la fe a los niños, adolescentes y jóvenes constituye, para las familias cristianas, las comunidades parroquiales y los centros educativos católicos, un deber primordial. Es el camino de felicidad más cierto que podemos ofrecerles, es el regalo más hermoso, es la mejor herencia que dejar a las jóvenes generaciones. ¡Felices pascuas!
Con mi bendición.
Daniel Sturla
Arzobispo de Montevideo
Hace unos días el Vicario Pastoral, que ha trabajado mucho en la pastoral carcelaria, me entregó el "Protocolo de la vida y atención religiosa en las cárceles". Es todo un avance que la sociedad civil y el estado reconozcan la necesidad espiritual de nuestros hermanos que están privados de libertad. Muchos de ellos son jóvenes. La alegría del paso dado me trajo, con todo, cierta tristeza. Pensé: si esa asistencia espiritual la hubieran recibido antes de caer en la cárcel, ¿estarían allí ahora?
Discutimos si está bien o no la regulación de la marihuana, nos quejamos de la sociedad consumista, nos horrorizamos por los casos de violencia doméstica o de prostitución infantil, pero estas situaciones se dan en el trasfondo de un gran vacío espiritual, o, como muchos llaman, de una pérdida de valores en nuestra sociedad. ¿Hacemos algo para remediarlo?
Se habla a nivel político de los problemas de nuestra educación. Y aunque aparece aquí y allá el tema de los valores, la mayoría de las discusiones se refieren a la caída en el nivel de conocimientos de nuestros chicos. Pero, ¿tenemos en cuenta su formación espiritual? ¿Nos ocupamos realmente de ayudarles a construir un sentido de vida y un proyecto que los realice como personas y ciudadanos? ¿O reservamos la "asistencia espiritual" para la cárcel y los centros de rehabilitación de adicciones?
La Pascua es la gran fiesta de la liberación y del triunfo de la vida. Lo fue para el pueblo judío que la sigue conmemorando como la salida de la esclavitud de Egipto por la mano poderosa de Dios. Lo es para los cristianos que celebramos en ella la muerte y resurrección de Jesús. Cristo nos libera del pecado, de la deshumanización, del mal y de la muerte. El cirio pascual encendido en nuestras iglesias nos recuerda que Jesús es la luz capaz de disipar las tinieblas del corazón y del espíritu humano.
Los seres humanos somos contradictorios y complejos, pero Dios es simple. Cuando nos acercamos a Él nuestra vida se hace más sencilla, nuestros problemas cotidianos encuentran caminos de solución o, al menos, recibimos mayor claridad para resolverlos y fuerza para sobrellevarlos. Jesús nos libera, aligera la carga a veces pesada de nuestra vida, y sana nuestras heridas. Nos impulsa al bien, nos llena de esperanza y alegría.
La educación de nuestros niños, adolescentes y jóvenes no puede desconocer la dimensión religiosa. A Aveces los chicos están cargados de actividades, ¿está entre ellas su formación religiosa? Las familias católicas o de tradición cristiana, no pueden dejar para más adelante lo que es su primera responsabilidad, la que asumen el día del bautismo de sus hijos. Se les ha preguntado en ese día: "¿Saben que se obligan a educar a su hijo en la fe para que este niño, guardando los mandamientos de Dios, ame al Señor y al prójimo como Cristo nos enseña en el Evangelio?"
Cuando uno ve jóvenes cristianos llenos de vida, de iniciativas, de espíritu misionero y de servicio, orantes y alegres, encuentra que la Pascua sigue presente entre nosotros. Cristo está vivo, la luz pascual brilla. Las tinieblas del consumismo, del sexo por diversión, de la droga y la delincuencia, dan paso, en quienes se acercan a Cristo y descubren el gozo de su amistad, a la luz del servicio, del amor puro, de la vida plena de sentido.
Abrirse a la dimensión religiosa en la formación de las futuras generaciones es un "debe" de nuestra sociedad. Educar en la fe a los niños, adolescentes y jóvenes constituye, para las familias cristianas, las comunidades parroquiales y los centros educativos católicos, un deber primordial. Es el camino de felicidad más cierto que podemos ofrecerles, es el regalo más hermoso, es la mejor herencia que dejar a las jóvenes generaciones. ¡Felices pascuas!
Con mi bendición.
Daniel Sturla
Arzobispo de Montevideo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)