En una entrevista con una revista argentina, el pontífice ofrece diez consejos para ser feliz, como 'vivir y dejar vivir, jugar, ayudar a otros y cuidar la naturaleza'.
Vivir y dejar vivir, jugar, ayudar a otros,cuidar la naturaleza, buscar la paz, respetar a los demás y olvidarse
rápido de lo negativo son algunos de los diez consejos para alcanzar la felicidad que el papa Francisco dio en una entrevista publicada hoy por una revista argentina.
1-"Viví y dejá vivir, es el primer paso de la paz y la felicidad", dijo el Sumo Pontífice en una entrevista con Viva, la revista dominical del diario Clarín.
2-Como parte de este decálogo para la felicidad, Francisco recomendó no dejar de brindarse a los demás pues "si uno se estanca, corre el riesgo de ser egoísta" y "el agua estancada es la primera que se corrompe".
3-También aconsejó moverse "remansadamente", término que tomó de un clásico de la literatura argentina."En 'Don Segundo Sombra' hay una cosa muy linda, de alguien que relee su vida. Dice que de joven era un arroyo pedregoso que se llevaba por delante todo; que de adulto era un río que andaba adelante y que en la vejez se sentía en movimiento, pero lentamente remansado. Yo utilizaría esta imagen del poeta y novelista Ricardo Güiraldes, ese último adjetivo, remansado. La capacidad de moverse con benevolencia y humildad, el remanso de la vida", sostuvo.
4-Otra de las claves está en la "sana cultura del ocio", disfrutar de leer, el arte y los juegos con los niños."Ahora confieso poco, pero en Buenos Aires confesaba mucho y cuando venía una mamá joven le preguntaba: '¿Cuántos hijos tenés? ¿Jugás con tus hijos?' Y era una pregunta que no se esperaba, pero yo le decía que jugar con los chicos es clave, es una cultura sana. Es difícil, los padres se van a trabajar temprano y vuelven a veces cuando sus hijos duermen, es difícil, pero hay que hacerlo", recomendó.
5-En la misma línea, bregó por los domingos compartidos en familia."El otro día, en Campobasso, fui a una reunión entre el mundo de la universidad y el mundo obrero, todos reclamaban el domingo no laborable. El domingo es para la familia", afirmó.
6-Asimismo, aconsejó ayudar en forma creativa a los jóvenes a conseguir un empleo digno.
"Hay que ser creativos con esta franja. Si faltan oportunidades, caen en la droga. Y está muy alto el índice de suicidios entre los jóvenes sin trabajo. El otro día leí, pero no me fío porque no es un dato científico, que había 75 millones de jóvenes de 25 años para abajo desocupados. No alcanza con darles de comer: hay que inventarles cursos de un año de plomero, electricista, costurero. La dignidad te la da el llevar el pan a casa", dijo.
7-También recomendó cuidar la naturaleza. El papa Francisco se refirió por primera vez al medio ambiente el 19 de marzo del 2013 en la misa de inauguración de su pontificado. Insistió en la necesidad de custodiar la naturaleza. Tres meses después, en el «Día Mundial del Medio Ambiente» de Naciones Unidas, el Papa recordó que la “ecología humana”, estrechamente relacionada con la ecología medioambiental. “Estamos viviendo un momento de crisis. Lo vemos en el medio ambiente, pero sobre todo en el ser humano”, pues mientras unos pasan hambre -incluso en países donde se tiran diariamente a la basura miles de toneladas de alimentos- otros derrochan y destruyen caprichosamente los recursos naturales.La principal causa del desastre ambiental: “hoy no manda el hombre, sino el dinero”.
8- Olvidarse pronto de lo malo que afecta la vida."La necesidad de hablar mal del otro indica una baja autoestima, es decir: yo me siento tan abajo que en vez de subir, bajo al otro. Olvidarse rápido de lo negativo es sano", dijo.
9-Asimismo invitó a dejar de lado el proselitismo religioso para contagiar la fe desde un diálogo que no se impone."Podemos inquietar al otro desde el testimonio, para que ambos progresen en esa comunicación, pero lo peor que puede haber es el proselitismo religioso, que paraliza: 'Yo dialogo contigo para convencerte', no. Cada uno dialoga desde su identidad. La Iglesia crece por atracción, no por proselitismo", aseguró.
10-Su último consejo fue el de buscar activamente la paz."Estamos viviendo en una época de mucha guerra. En África parecen guerras tribales, pero son algo más. La guerra destruye. Y el clamor por la paz hay que gritarlo. La paz a veces da la idea de quietud, pero nunca es quietud, siempre es una paz activa", aseguró.
El Papa dijo que su nominación al Nobel de la Paz no forma parte de su 'agenda'."Nunca acepté doctorados y esas cosas que ofrecen, sin despreciar. Ni se me ocurre pensar en eso, y menos voy a pensar qué haría con esa plata, con toda franqueza. Pero evidentemente, prescindiendo de un premio o no premio, creo que todos tienen que estar comprometidos con el asunto de la paz, hacer todo lo que uno puede, lo que puedo hacer yo desde acá. La paz es el lenguaje que hay que hablar", dijo.
En la entrevista, Francisco también contó la historia de la medalla del Sagrado Corazón de Jesús que lleva en el pecho."Es de una señora que ayudaba a mi mamá a lavar la ropa, cuando no había lavarropas, con la tabla, a mano. Éramos cinco nosotros, mamá sola, esta señora venía tres veces por semana a ayudarla", contó.
Recordó que era una mujer de Sicilia que había emigrado a Argentina con dos hijos, viuda, después de que su marido muriera en la guerra.
Francisco se reencontró con la mujer cuando ya era una anciana y la acompañó durante diez años, hasta su muerte."Pero unos días antes se sacó esta medalla y me dijo 'quiero que la lleves vos', y todas las noches cuando me la saco y la beso y todas las mañana cuando me la pongo, la imagen de esa mujer se me aparece. Era una anónima, nadie la conocía, pero se llamaba Concepción María Minuto. Murió feliz, con una sonrisa, con la dignidad de quien trabajó", contó el Papa.
Francisco reveló que es gracias a esta mujer que él le tiene tanto cariño a las empleadas domésticas, "que tienen que tener todos los derechos sociales".

Actualizada con mensajes semanales o mensuales y el objetivo del blog es aportar algo a todas aquellas personas que anden buscando crecimiento espiritual y emocional, encontrando el amor de Dios. Jesús dijo que Él podría satisfacer deseos en nosotros como nadie más puede satisfacerlos (Juan 4.13-14; 6.35).
jueves, 31 de julio de 2014
domingo, 11 de mayo de 2014
Papa Francisco: La puerta de la misericordia
Homilía del Papa Francisco en la ordenación de 13 sacerdotes
El Papa Francisco presidió la mañana de este domingo la Santa Misa en la basílica de san Pedro con la ordenación presbiteral de 13 diáconos, a quienes pidió que no se cansen nunca de ser misericordiosos.
Después de la presentación de los ordenándoos el Papa reflexionó sobre la importancia del sacramento presbiteral y les recordó que si cierran “las puertas de la Iglesia”, no serán buenos “pastores”.
Les pidió que se empeñaran en “unir a los fieles en una única familia y que tengan siempre delante la figura del Buen Pastor”.
Durante la homilía reconoció que le duele mucho ver “que las personas no van a confesarse porque han sido tratadas mal por el sacerdote, porque les han regañado o porque han visto que las puertas de la Iglesia se les cerraban en la cara”. Por eso ha insistido a los diáconos en que tengan “tanta misericordia”.
Una vez terminada la homilía, el Papa preguntó uno a uno si querían tomar el sacramento sacerdotal. Después de las letanías, el Santo Padre impuso las manos sobre la cabeza de cada elegido, y continuando con el rito, los ordenandos, ayudados por otros presbíteros, se pusieron la estola sacerdotal y la casulla. Luego el Papa les ungió con el sagrado crisma las palmas de las manos, y también entregó a cada uno el pan sobre la patena y el cáliz con el vino preparados para la celebración de la misa. Finalmente abrazó a todos los recién ordenados. Seguidamente la homilía completa del Papa.
Homilía completa del Santo Padre Francisco
Queridos hermanos, estos nuestros hijos y hermanos han sido llamados la orden del presbiterado. Como ustedes saben bien, el Señor Jesús es el único Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento, pero también en Él todo el pueblo santo de Dios ha sido establecido pueblo sacerdotal.
No menos importante entre todos sus discípulos, el Señor Jesús quiere escoger algunos en particular, para que ejercitando públicamente en la iglesia su nombre y el oficio sacerdotal en favor de todos los hombres para continúen su misión personal de Maestro, Sacerdote y Pastor. Después de una profunda reflexión vamos a elevar al Orden de los Presbíteros a nuestros hermanos, para que al servicio de Cristo, Sacerdote y Pastor, cooperen en la edificación del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia de Cristo: el pueblo de Dios es el templo santo en el Espíritu. Ellos, de hecho, serán configurados a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, es decir, serán consagrados como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento. Y con este título que les une a su obispo en el sacerdocio, serán predicadores del Evangelio, pastores del pueblo de Dios y presidirán los actos de culto, sobre todo la celebración del sacrificio del Señor.
En cuanto a ustedes, amados hijos, que van a ser promovidos al orden sacerdotal, consideren que por el ejercicio del ministerio de la sagrada doctrina van a ser partícipes de la misión de Cristo, el único Maestro.Dispensarán a todos aquella palabra de Dios, que ustedes mismos han recibido con alegría, de sus madres, de sus catequistas. Lean y mediten asiduamente la Palabra del Señor para creer lo que han leído, para enseñar lo que ha aprendido en la fe, para vivir lo que han enseñado. ¡Sea, por lo tanto, alimento para el pueblo de Dios su doctrina, que no es suya y ustedes no son dueños de la doctrina! Es la doctrina del Señor y ustedes han de ser fieles a la doctrina del Señor! Sea, por lo tanto, alimento para el pueblo de Dios su doctrina. La alegría y el apoyo a los fieles de Cristo, el perfume de sus vidas, porque con la palabra y el ejemplo edificarán la casa de Dios, que es la Iglesia. Y así ustedes van a continuar la obra santificadora de Cristo. A través de su ministerio, el sacrificio espiritual de los fieles se hace perfecto, porque unido al sacrificio de Cristo, con sus manos, en nombre de toda la Iglesia, se ofrece en el altar de la celebración de los santos misterios. Reconozcan, pues, lo que realicen, imiten lo que celebran, porque participando al misterio de la muerte y resurrección del Señor, llevarán la muerte de Cristo en sus miembros y caminarán con Él en una vida nueva.
Con el Bautismo agregarán nuevos fieles al pueblo de Dios; con el Sacramento de la Penitencia perdonarán los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia. Y aquí me quiero detener y pedirles que, por el amor de Jesucristo, no se cansen nunca de ser misericordiosos. Por favor, tengan esa capacidad de perdón que tuvo el Señor, que ¡no vino a condenar sino para perdonar! Tengan misericordia, tanta misericordia! Y si les viene el escrúpulo de ser demasiado “perdonadores” piensen en el santo cura del que les hablé que iba delante del Santísimo y decía: “Señor, perdóname si he perdonado demasiado, pero eres tú el que me ha dado el mal ejemplo de perdonar tanto”. Es así…Pero yo les digo verdaderamente, que siento tanto dolor cuando encuentro gente que no va a confesarse porque ha sido maltratada, muy mal, regañada; ¡han visto como les cerraban las puertas de la Iglesia en la cara! Por favor no hagan esto: misericordia, misericordia.
El buen pastor entra por la puerta y la puerta de la misericordia son las llagas del Señor: si ustedes no entran en su ministerio por las llagas del Señor, ustedes no serán buenos pastores.Con el óleo santo darán alivio a los enfermos; celebrando los ritos sagrados y rezando la liturgia de las horas, serán la voz del pueblo de Dios, y de toida la humanidad. Concientes de haber sido elegidos entre los hombres para atender las cosas de Dios, ejerciten con alegría y caridad la obra sacerdotal de Cristo, buscando agradar a Dios y no a ustedes mismos.
Y piensen en lo que decía San Agustín de los pastores que buscaban agradarse a sí mismos y usaban las ovejas del Señor como alimento y para vestirse y para tener majestad de un ministerio que no se sabía si era de Dios. Participando en la misión de Cristo en comunión con su obispo empéñense en formar una sola familia, para unir a los fieles para conducirles a Dios Padre, por medio de Cristo, en el Espíritu Santo.
Tengan siempre ante los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que no ha venido para ser servido, sino para buscar y salvar a los que están perdidos.
(Traducción de Mónica Zorita y Eduardo Rubió)
El Papa Francisco presidió la mañana de este domingo la Santa Misa en la basílica de san Pedro con la ordenación presbiteral de 13 diáconos, a quienes pidió que no se cansen nunca de ser misericordiosos.
Después de la presentación de los ordenándoos el Papa reflexionó sobre la importancia del sacramento presbiteral y les recordó que si cierran “las puertas de la Iglesia”, no serán buenos “pastores”.
Les pidió que se empeñaran en “unir a los fieles en una única familia y que tengan siempre delante la figura del Buen Pastor”.
Durante la homilía reconoció que le duele mucho ver “que las personas no van a confesarse porque han sido tratadas mal por el sacerdote, porque les han regañado o porque han visto que las puertas de la Iglesia se les cerraban en la cara”. Por eso ha insistido a los diáconos en que tengan “tanta misericordia”.
Una vez terminada la homilía, el Papa preguntó uno a uno si querían tomar el sacramento sacerdotal. Después de las letanías, el Santo Padre impuso las manos sobre la cabeza de cada elegido, y continuando con el rito, los ordenandos, ayudados por otros presbíteros, se pusieron la estola sacerdotal y la casulla. Luego el Papa les ungió con el sagrado crisma las palmas de las manos, y también entregó a cada uno el pan sobre la patena y el cáliz con el vino preparados para la celebración de la misa. Finalmente abrazó a todos los recién ordenados. Seguidamente la homilía completa del Papa.
Homilía completa del Santo Padre Francisco
Queridos hermanos, estos nuestros hijos y hermanos han sido llamados la orden del presbiterado. Como ustedes saben bien, el Señor Jesús es el único Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento, pero también en Él todo el pueblo santo de Dios ha sido establecido pueblo sacerdotal.
No menos importante entre todos sus discípulos, el Señor Jesús quiere escoger algunos en particular, para que ejercitando públicamente en la iglesia su nombre y el oficio sacerdotal en favor de todos los hombres para continúen su misión personal de Maestro, Sacerdote y Pastor. Después de una profunda reflexión vamos a elevar al Orden de los Presbíteros a nuestros hermanos, para que al servicio de Cristo, Sacerdote y Pastor, cooperen en la edificación del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia de Cristo: el pueblo de Dios es el templo santo en el Espíritu. Ellos, de hecho, serán configurados a Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote, es decir, serán consagrados como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento. Y con este título que les une a su obispo en el sacerdocio, serán predicadores del Evangelio, pastores del pueblo de Dios y presidirán los actos de culto, sobre todo la celebración del sacrificio del Señor.
En cuanto a ustedes, amados hijos, que van a ser promovidos al orden sacerdotal, consideren que por el ejercicio del ministerio de la sagrada doctrina van a ser partícipes de la misión de Cristo, el único Maestro.Dispensarán a todos aquella palabra de Dios, que ustedes mismos han recibido con alegría, de sus madres, de sus catequistas. Lean y mediten asiduamente la Palabra del Señor para creer lo que han leído, para enseñar lo que ha aprendido en la fe, para vivir lo que han enseñado. ¡Sea, por lo tanto, alimento para el pueblo de Dios su doctrina, que no es suya y ustedes no son dueños de la doctrina! Es la doctrina del Señor y ustedes han de ser fieles a la doctrina del Señor! Sea, por lo tanto, alimento para el pueblo de Dios su doctrina. La alegría y el apoyo a los fieles de Cristo, el perfume de sus vidas, porque con la palabra y el ejemplo edificarán la casa de Dios, que es la Iglesia. Y así ustedes van a continuar la obra santificadora de Cristo. A través de su ministerio, el sacrificio espiritual de los fieles se hace perfecto, porque unido al sacrificio de Cristo, con sus manos, en nombre de toda la Iglesia, se ofrece en el altar de la celebración de los santos misterios. Reconozcan, pues, lo que realicen, imiten lo que celebran, porque participando al misterio de la muerte y resurrección del Señor, llevarán la muerte de Cristo en sus miembros y caminarán con Él en una vida nueva.
Con el Bautismo agregarán nuevos fieles al pueblo de Dios; con el Sacramento de la Penitencia perdonarán los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia. Y aquí me quiero detener y pedirles que, por el amor de Jesucristo, no se cansen nunca de ser misericordiosos. Por favor, tengan esa capacidad de perdón que tuvo el Señor, que ¡no vino a condenar sino para perdonar! Tengan misericordia, tanta misericordia! Y si les viene el escrúpulo de ser demasiado “perdonadores” piensen en el santo cura del que les hablé que iba delante del Santísimo y decía: “Señor, perdóname si he perdonado demasiado, pero eres tú el que me ha dado el mal ejemplo de perdonar tanto”. Es así…Pero yo les digo verdaderamente, que siento tanto dolor cuando encuentro gente que no va a confesarse porque ha sido maltratada, muy mal, regañada; ¡han visto como les cerraban las puertas de la Iglesia en la cara! Por favor no hagan esto: misericordia, misericordia.
El buen pastor entra por la puerta y la puerta de la misericordia son las llagas del Señor: si ustedes no entran en su ministerio por las llagas del Señor, ustedes no serán buenos pastores.Con el óleo santo darán alivio a los enfermos; celebrando los ritos sagrados y rezando la liturgia de las horas, serán la voz del pueblo de Dios, y de toida la humanidad. Concientes de haber sido elegidos entre los hombres para atender las cosas de Dios, ejerciten con alegría y caridad la obra sacerdotal de Cristo, buscando agradar a Dios y no a ustedes mismos.
Y piensen en lo que decía San Agustín de los pastores que buscaban agradarse a sí mismos y usaban las ovejas del Señor como alimento y para vestirse y para tener majestad de un ministerio que no se sabía si era de Dios. Participando en la misión de Cristo en comunión con su obispo empéñense en formar una sola familia, para unir a los fieles para conducirles a Dios Padre, por medio de Cristo, en el Espíritu Santo.
Tengan siempre ante los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que no ha venido para ser servido, sino para buscar y salvar a los que están perdidos.
(Traducción de Mónica Zorita y Eduardo Rubió)
domingo, 20 de abril de 2014
Felices Pascuas. Mensaje de Arzobispo Sturla de Uruguay
"¡Alegría mía, Cristo ha resucitado!" Con este antiguo saludo pascual quiero llegar a cada uno de ustedes para que "levantemos el corazón" desde la esperanza renovada de la Pascua.
Hace unos días el Vicario Pastoral, que ha trabajado mucho en la pastoral carcelaria, me entregó el "Protocolo de la vida y atención religiosa en las cárceles". Es todo un avance que la sociedad civil y el estado reconozcan la necesidad espiritual de nuestros hermanos que están privados de libertad. Muchos de ellos son jóvenes. La alegría del paso dado me trajo, con todo, cierta tristeza. Pensé: si esa asistencia espiritual la hubieran recibido antes de caer en la cárcel, ¿estarían allí ahora?
Discutimos si está bien o no la regulación de la marihuana, nos quejamos de la sociedad consumista, nos horrorizamos por los casos de violencia doméstica o de prostitución infantil, pero estas situaciones se dan en el trasfondo de un gran vacío espiritual, o, como muchos llaman, de una pérdida de valores en nuestra sociedad. ¿Hacemos algo para remediarlo?
Se habla a nivel político de los problemas de nuestra educación. Y aunque aparece aquí y allá el tema de los valores, la mayoría de las discusiones se refieren a la caída en el nivel de conocimientos de nuestros chicos. Pero, ¿tenemos en cuenta su formación espiritual? ¿Nos ocupamos realmente de ayudarles a construir un sentido de vida y un proyecto que los realice como personas y ciudadanos? ¿O reservamos la "asistencia espiritual" para la cárcel y los centros de rehabilitación de adicciones?
La Pascua es la gran fiesta de la liberación y del triunfo de la vida. Lo fue para el pueblo judío que la sigue conmemorando como la salida de la esclavitud de Egipto por la mano poderosa de Dios. Lo es para los cristianos que celebramos en ella la muerte y resurrección de Jesús. Cristo nos libera del pecado, de la deshumanización, del mal y de la muerte. El cirio pascual encendido en nuestras iglesias nos recuerda que Jesús es la luz capaz de disipar las tinieblas del corazón y del espíritu humano.
Los seres humanos somos contradictorios y complejos, pero Dios es simple. Cuando nos acercamos a Él nuestra vida se hace más sencilla, nuestros problemas cotidianos encuentran caminos de solución o, al menos, recibimos mayor claridad para resolverlos y fuerza para sobrellevarlos. Jesús nos libera, aligera la carga a veces pesada de nuestra vida, y sana nuestras heridas. Nos impulsa al bien, nos llena de esperanza y alegría.
La educación de nuestros niños, adolescentes y jóvenes no puede desconocer la dimensión religiosa. A Aveces los chicos están cargados de actividades, ¿está entre ellas su formación religiosa? Las familias católicas o de tradición cristiana, no pueden dejar para más adelante lo que es su primera responsabilidad, la que asumen el día del bautismo de sus hijos. Se les ha preguntado en ese día: "¿Saben que se obligan a educar a su hijo en la fe para que este niño, guardando los mandamientos de Dios, ame al Señor y al prójimo como Cristo nos enseña en el Evangelio?"
Cuando uno ve jóvenes cristianos llenos de vida, de iniciativas, de espíritu misionero y de servicio, orantes y alegres, encuentra que la Pascua sigue presente entre nosotros. Cristo está vivo, la luz pascual brilla. Las tinieblas del consumismo, del sexo por diversión, de la droga y la delincuencia, dan paso, en quienes se acercan a Cristo y descubren el gozo de su amistad, a la luz del servicio, del amor puro, de la vida plena de sentido.
Abrirse a la dimensión religiosa en la formación de las futuras generaciones es un "debe" de nuestra sociedad. Educar en la fe a los niños, adolescentes y jóvenes constituye, para las familias cristianas, las comunidades parroquiales y los centros educativos católicos, un deber primordial. Es el camino de felicidad más cierto que podemos ofrecerles, es el regalo más hermoso, es la mejor herencia que dejar a las jóvenes generaciones. ¡Felices pascuas!
Con mi bendición.
Daniel Sturla
Arzobispo de Montevideo
Hace unos días el Vicario Pastoral, que ha trabajado mucho en la pastoral carcelaria, me entregó el "Protocolo de la vida y atención religiosa en las cárceles". Es todo un avance que la sociedad civil y el estado reconozcan la necesidad espiritual de nuestros hermanos que están privados de libertad. Muchos de ellos son jóvenes. La alegría del paso dado me trajo, con todo, cierta tristeza. Pensé: si esa asistencia espiritual la hubieran recibido antes de caer en la cárcel, ¿estarían allí ahora?
Discutimos si está bien o no la regulación de la marihuana, nos quejamos de la sociedad consumista, nos horrorizamos por los casos de violencia doméstica o de prostitución infantil, pero estas situaciones se dan en el trasfondo de un gran vacío espiritual, o, como muchos llaman, de una pérdida de valores en nuestra sociedad. ¿Hacemos algo para remediarlo?
Se habla a nivel político de los problemas de nuestra educación. Y aunque aparece aquí y allá el tema de los valores, la mayoría de las discusiones se refieren a la caída en el nivel de conocimientos de nuestros chicos. Pero, ¿tenemos en cuenta su formación espiritual? ¿Nos ocupamos realmente de ayudarles a construir un sentido de vida y un proyecto que los realice como personas y ciudadanos? ¿O reservamos la "asistencia espiritual" para la cárcel y los centros de rehabilitación de adicciones?
La Pascua es la gran fiesta de la liberación y del triunfo de la vida. Lo fue para el pueblo judío que la sigue conmemorando como la salida de la esclavitud de Egipto por la mano poderosa de Dios. Lo es para los cristianos que celebramos en ella la muerte y resurrección de Jesús. Cristo nos libera del pecado, de la deshumanización, del mal y de la muerte. El cirio pascual encendido en nuestras iglesias nos recuerda que Jesús es la luz capaz de disipar las tinieblas del corazón y del espíritu humano.
Los seres humanos somos contradictorios y complejos, pero Dios es simple. Cuando nos acercamos a Él nuestra vida se hace más sencilla, nuestros problemas cotidianos encuentran caminos de solución o, al menos, recibimos mayor claridad para resolverlos y fuerza para sobrellevarlos. Jesús nos libera, aligera la carga a veces pesada de nuestra vida, y sana nuestras heridas. Nos impulsa al bien, nos llena de esperanza y alegría.
La educación de nuestros niños, adolescentes y jóvenes no puede desconocer la dimensión religiosa. A Aveces los chicos están cargados de actividades, ¿está entre ellas su formación religiosa? Las familias católicas o de tradición cristiana, no pueden dejar para más adelante lo que es su primera responsabilidad, la que asumen el día del bautismo de sus hijos. Se les ha preguntado en ese día: "¿Saben que se obligan a educar a su hijo en la fe para que este niño, guardando los mandamientos de Dios, ame al Señor y al prójimo como Cristo nos enseña en el Evangelio?"
Cuando uno ve jóvenes cristianos llenos de vida, de iniciativas, de espíritu misionero y de servicio, orantes y alegres, encuentra que la Pascua sigue presente entre nosotros. Cristo está vivo, la luz pascual brilla. Las tinieblas del consumismo, del sexo por diversión, de la droga y la delincuencia, dan paso, en quienes se acercan a Cristo y descubren el gozo de su amistad, a la luz del servicio, del amor puro, de la vida plena de sentido.
Abrirse a la dimensión religiosa en la formación de las futuras generaciones es un "debe" de nuestra sociedad. Educar en la fe a los niños, adolescentes y jóvenes constituye, para las familias cristianas, las comunidades parroquiales y los centros educativos católicos, un deber primordial. Es el camino de felicidad más cierto que podemos ofrecerles, es el regalo más hermoso, es la mejor herencia que dejar a las jóvenes generaciones. ¡Felices pascuas!
Con mi bendición.
Daniel Sturla
Arzobispo de Montevideo
sábado, 22 de marzo de 2014
Francisco: «No a los cristianos hipócritas y “disfrazados” de santos»
El Papa en Santa Marta: «La Cuaresma es tiempo de conversión»; es necesario «curar a los hermanos necesitados, a los más pobres, a los enfermos, como nos enseña el Señor»
Nota de:DOMENICO AGASSO JR ROMA
La Cuaresma es tiempo para «arreglar la vida», «para acercarse al Señor». Lo subrayó Papa Francisco en la homilía de la Misa matutina en la Capilla de la Casa Santa Marta, según indicó la Radio Vaticana. El Pontífice dijo que hay que tener cuidado y no hay que sentirnos «mejores que los demás». Los hipócritas, subrayó, «se disfrazan de buenos», «de santos», y no comprenden que «nadie es justo por sí mismo», pues «todos necesitamos ser justificados».
«Conversión»: para Bergoglio es la palabra clave de la Cuaresma, tiempo propicio para «acercarnos» a Jesús. Y, al comentar la Primera Lectura de hoy, del libro de Isaías, observó que Dios llama a la conversión a dos «ciudades pecadoras» como Sodoma y Gomorra. Esto, afirmó, indica que todos «necesitamos cambiar vida». Y la Cuaresma es justamente este «arreglar la vida», acercándose al Señor.
Sin embargo, añadió, el Señor quiere «un acercamiento sincero» y nos pone en guardia para no ser hipócritas: «¿Qué hacen los hipócritas? Se disfrazan, se disfrazan de buenos: ponen cara de imagencita, rezan mirando hacia el cielo, haciéndose ver, se sienten más justos que los demás, desprecian a los demás. “Pero – dicen – yo soy muy católico, porque mi tío es un gran benefactor, mi familia es ésta, y yo soy... he aprendido... conocido a tal obispo, a tal cardenal, a tal padre...”. “Yo soy...”. Se sienten mejores que los demás. Ésta es la hipocresía. El Señor dice: “No, eso no”. Ninguno es justo por sí mismo. Todos tenemos necesidad de ser justificados. Y el único que nos justifica es Jesucristo».
Por esta razón, añadió el Papa, debemos acercarnos al Señor, «para no ser cristianos disfrazados, que cuando pasa esta apariencia, se ve la realidad, es decir que no son cristianos». Ante la pregunta sobre cómo no ser hipócritas y acercarnos al Señor, Francisco dijo que la respuesta nos la da el mismo Señor en la primera Lectura cuando dice: «Lávense, purifíquense, alejen de mis ojos el mal de sus acciones, dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien». Ésta es la invitación. Y al preguntar cuál es el signo que indica que vamos por el buen camino, el Papa dijo: «Socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan la causa de la viuda. Ocúpense del prójimo: del enfermo, del pobre, del que tiene necesidad, del ignorante. Ésta es la piedra de toque. Los hipócritas no saben hacer esto, no pueden, porque están tan llenos de sí mismos que están ciegos para mirar a los demás. Cuando uno camina un poco y se acerca al Señor, la luz del Señor le hace ver estas cosas y va a ayudar a los hermanos. Éste es el signo, éste es el signo de la conversión».
El Papa observó que ciertamente «no es toda la conversión», eso es, en efecto, «el encuentro con Jesucristo», pero «el signo de que nosotros estamos con Jesucristo es éste: atender a los hermanos, a los pobres, a los enfermos, como el Señor nos enseña» y como leemos en el capítulo 25 del Evangelio de Mateo: «La Cuaresma es para ajustar la vida, organizar la vida, cambiar la vida, para acercarnos al Señor. El signo de que estamos lejos del Señor es la hipocresía. El hipócrita no tiene necesidad del Señor, se salva por sí mismo, así piensa, y se viste de santo. El signo de que nosotros nos acercamos al Señor con la penitencia, pidiendo perdón, es que nosotros cuidamos a nuestros hermanos necesitados. Que el Señor nos de a todos luz y coraje: luz para conocer lo que sucede dentro de nosotros y coraje para convertirnos, para acercarnos al Señor. ¡Es hermoso estar cerca del Señor!».
Nota de:DOMENICO AGASSO JR ROMA
La Cuaresma es tiempo para «arreglar la vida», «para acercarse al Señor». Lo subrayó Papa Francisco en la homilía de la Misa matutina en la Capilla de la Casa Santa Marta, según indicó la Radio Vaticana. El Pontífice dijo que hay que tener cuidado y no hay que sentirnos «mejores que los demás». Los hipócritas, subrayó, «se disfrazan de buenos», «de santos», y no comprenden que «nadie es justo por sí mismo», pues «todos necesitamos ser justificados».
«Conversión»: para Bergoglio es la palabra clave de la Cuaresma, tiempo propicio para «acercarnos» a Jesús. Y, al comentar la Primera Lectura de hoy, del libro de Isaías, observó que Dios llama a la conversión a dos «ciudades pecadoras» como Sodoma y Gomorra. Esto, afirmó, indica que todos «necesitamos cambiar vida». Y la Cuaresma es justamente este «arreglar la vida», acercándose al Señor.
Sin embargo, añadió, el Señor quiere «un acercamiento sincero» y nos pone en guardia para no ser hipócritas: «¿Qué hacen los hipócritas? Se disfrazan, se disfrazan de buenos: ponen cara de imagencita, rezan mirando hacia el cielo, haciéndose ver, se sienten más justos que los demás, desprecian a los demás. “Pero – dicen – yo soy muy católico, porque mi tío es un gran benefactor, mi familia es ésta, y yo soy... he aprendido... conocido a tal obispo, a tal cardenal, a tal padre...”. “Yo soy...”. Se sienten mejores que los demás. Ésta es la hipocresía. El Señor dice: “No, eso no”. Ninguno es justo por sí mismo. Todos tenemos necesidad de ser justificados. Y el único que nos justifica es Jesucristo».
Por esta razón, añadió el Papa, debemos acercarnos al Señor, «para no ser cristianos disfrazados, que cuando pasa esta apariencia, se ve la realidad, es decir que no son cristianos». Ante la pregunta sobre cómo no ser hipócritas y acercarnos al Señor, Francisco dijo que la respuesta nos la da el mismo Señor en la primera Lectura cuando dice: «Lávense, purifíquense, alejen de mis ojos el mal de sus acciones, dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien». Ésta es la invitación. Y al preguntar cuál es el signo que indica que vamos por el buen camino, el Papa dijo: «Socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan la causa de la viuda. Ocúpense del prójimo: del enfermo, del pobre, del que tiene necesidad, del ignorante. Ésta es la piedra de toque. Los hipócritas no saben hacer esto, no pueden, porque están tan llenos de sí mismos que están ciegos para mirar a los demás. Cuando uno camina un poco y se acerca al Señor, la luz del Señor le hace ver estas cosas y va a ayudar a los hermanos. Éste es el signo, éste es el signo de la conversión».
El Papa observó que ciertamente «no es toda la conversión», eso es, en efecto, «el encuentro con Jesucristo», pero «el signo de que nosotros estamos con Jesucristo es éste: atender a los hermanos, a los pobres, a los enfermos, como el Señor nos enseña» y como leemos en el capítulo 25 del Evangelio de Mateo: «La Cuaresma es para ajustar la vida, organizar la vida, cambiar la vida, para acercarnos al Señor. El signo de que estamos lejos del Señor es la hipocresía. El hipócrita no tiene necesidad del Señor, se salva por sí mismo, así piensa, y se viste de santo. El signo de que nosotros nos acercamos al Señor con la penitencia, pidiendo perdón, es que nosotros cuidamos a nuestros hermanos necesitados. Que el Señor nos de a todos luz y coraje: luz para conocer lo que sucede dentro de nosotros y coraje para convertirnos, para acercarnos al Señor. ¡Es hermoso estar cerca del Señor!».
domingo, 16 de febrero de 2014
Las palabras pueden matar
#PapaFrancisco
Jesús nos recuerda que ¡también las palabras pueden matar! Por lo tanto, no sólo no se debe atentar contra la vida de los demás, sino tampoco derramar sobre él el veneno de la ira y golpearlo con la calumnia. …Estamos llamados a reconciliarnos con nuestros hermanos antes de mostrar nuestra devoción al Señor en la oración. 16 de febrero del 2014 (Radio Vaticana/News.va)
Queridos hermanos y hermanas:
el Evangelio de este domingo forma parte todavía del llamado "Sermón de la Montaña", la primera gran predicación de Jesús. Hoy el tema es la actitud de Jesús con respecto a la Ley judía. Él dice: " No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento” (Mateo 5:17). Así que Jesús no quiere cancelar los mandamientos que el Señor dio por medio de Moisés, sino que quiere llevarlos a su plenitud. E inmediatamente después añade que este "cumplimiento" de la Ley requiere una justicia superior, una observancia más auténtica. Y de hecho dice a sus discípulos: “Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos " (Mt 05:20).
¿Pero qué significa este "pleno cumplimiento" de la ley? ¿Y en qué consiste esta justicia superior? El mismo Jesús nos responde con algunos ejemplos, comparando La antigua ley con lo que Él nos dice. Comienza desde el quinto mandamiento del Decálogo: “Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: "No matarás"; pero yo les digo que todo aquel que se enoja contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal". (vv. 21-22). Con esto, Jesús nos recuerda que ¡también las palabras pueden matar! Por lo tanto, no sólo no se debe atentar contra la vida de los demás, sino tampoco derramar sobre él el veneno de la ira y golpearlo con la calumnia.
Jesús propone a los que siguen la perfección del amor: un amor cuya única medida es no tener medida, ir más allá de todo cálculo.
El amor al prójimo es una actitud tan fundamental que Jesús llega a afirmar que nuestra relación con Dios no puede ser sincera si no queremos hacer la paz con el prójimo: “Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, y ve antes a reconciliarte con tu hermano”. (vv. 23-24). Por esto estamos llamados a reconciliarnos con nuestros hermanos antes de mostrar nuestra devoción al Señor en la oración.
De todo esto queda claro que Jesús no da importancia sólo a la observancia disciplinar y a la conducta externa. Él va a la raíz de la Ley, centrándose especialmente en la intención y por tanto en el corazón humano, donde se originan nuestras acciones buenas o malas. Para obtener un comportamiento bueno y honesto no son suficientes las normas jurídicas, sino que son necesarias motivaciones profundas, expresión de una sabiduría oculta, la Sabiduría de Dios, que se pueden recibir gracias al Espíritu Santo. Y nosotros, a través de la fe en Cristo, podemos abrirnos a la acción del Espíritu, que nos permite vivir el amor divino.
A la luz de esta enseñanza de Cristo, todos los mandamientos revelan su pleno significado como una exigencia de amor, y todos se reúnen en el gran mandamiento: amar a Dios con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo.
http://www.news.va/es/news/el-papa-francisco-en-el-angelus-reflexiona-sobre-l
Jesús nos recuerda que ¡también las palabras pueden matar! Por lo tanto, no sólo no se debe atentar contra la vida de los demás, sino tampoco derramar sobre él el veneno de la ira y golpearlo con la calumnia. …Estamos llamados a reconciliarnos con nuestros hermanos antes de mostrar nuestra devoción al Señor en la oración. 16 de febrero del 2014 (Radio Vaticana/News.va)
Queridos hermanos y hermanas:
el Evangelio de este domingo forma parte todavía del llamado "Sermón de la Montaña", la primera gran predicación de Jesús. Hoy el tema es la actitud de Jesús con respecto a la Ley judía. Él dice: " No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento” (Mateo 5:17). Así que Jesús no quiere cancelar los mandamientos que el Señor dio por medio de Moisés, sino que quiere llevarlos a su plenitud. E inmediatamente después añade que este "cumplimiento" de la Ley requiere una justicia superior, una observancia más auténtica. Y de hecho dice a sus discípulos: “Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos " (Mt 05:20).
¿Pero qué significa este "pleno cumplimiento" de la ley? ¿Y en qué consiste esta justicia superior? El mismo Jesús nos responde con algunos ejemplos, comparando La antigua ley con lo que Él nos dice. Comienza desde el quinto mandamiento del Decálogo: “Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: "No matarás"; pero yo les digo que todo aquel que se enoja contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal". (vv. 21-22). Con esto, Jesús nos recuerda que ¡también las palabras pueden matar! Por lo tanto, no sólo no se debe atentar contra la vida de los demás, sino tampoco derramar sobre él el veneno de la ira y golpearlo con la calumnia.
Jesús propone a los que siguen la perfección del amor: un amor cuya única medida es no tener medida, ir más allá de todo cálculo.
El amor al prójimo es una actitud tan fundamental que Jesús llega a afirmar que nuestra relación con Dios no puede ser sincera si no queremos hacer la paz con el prójimo: “Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, y ve antes a reconciliarte con tu hermano”. (vv. 23-24). Por esto estamos llamados a reconciliarnos con nuestros hermanos antes de mostrar nuestra devoción al Señor en la oración.
De todo esto queda claro que Jesús no da importancia sólo a la observancia disciplinar y a la conducta externa. Él va a la raíz de la Ley, centrándose especialmente en la intención y por tanto en el corazón humano, donde se originan nuestras acciones buenas o malas. Para obtener un comportamiento bueno y honesto no son suficientes las normas jurídicas, sino que son necesarias motivaciones profundas, expresión de una sabiduría oculta, la Sabiduría de Dios, que se pueden recibir gracias al Espíritu Santo. Y nosotros, a través de la fe en Cristo, podemos abrirnos a la acción del Espíritu, que nos permite vivir el amor divino.
A la luz de esta enseñanza de Cristo, todos los mandamientos revelan su pleno significado como una exigencia de amor, y todos se reúnen en el gran mandamiento: amar a Dios con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo.
http://www.news.va/es/news/el-papa-francisco-en-el-angelus-reflexiona-sobre-l
domingo, 9 de febrero de 2014
Día mundial del enfermo 11 de febrero

En el mensaje resalta también la entrega abnegada y generosa de las personas responsables del cuidado de los enfermos y a quienes se acercan a ellos para prodigarles tratamiento. “Ver en cada rostro sufriente al mismo Hijo de Dios que padeció en la cruz en donde destruyó la soledad del sufrimiento y ha iluminado la oscuridad”.
Así es como debemos ver nuestros sufrimientos y el sufrimiento de nuestros hermanos, llevándoles este mensaje de amor, ternura y esperanza.
domingo, 2 de febrero de 2014
Un mate -bebida uruguaya- para el Papa
Un mate de Walter Gargano para el papa Francisco
"Solo un uruguayo es capaz de hacer eso", le dijo el Papa cuando vio al futbolista con el termo bajo el brazo durante una visita al Vaticano
http://www.elobservador.com.uy/noticia/270714/un-mate-de-walter-gargano-para-el-papa-francisco/
"Mate para la historia", "Inolvidable", "Felicidad", tuiteó Walter Gargano junto a fotografías del Papa Francisco bebiendo el mate que el futbolista uruguayo le cebara el sábado en una visita de su equipo Parma al sumo Pontífice.
En el video registrado por el club italiano puede verse que el Papa Francisco al ver a Gargano con termo y mate bajo el brazo le expresa: "Sólo un uruguayo es capaz de hacer eso". Luego de probar la infusión, Francisco recuerda que el presidente uruguayo José Mujica también trajo el mate al Vaticano .
"Usted sabe tomar mate, porque tomó toda el agua", le dice Gargano, cuando el Papa le devuelve el mate. Francisco sonrie y alza el pulgar.
El Parma, que este año festeja su centenario, señaló en un comunicado que la atmósfera íntima del encuentro se potenció cuando "el Papa pidió compartir un mate" a Gargano.
"Solo un uruguayo es capaz de hacer eso", le dijo el Papa cuando vio al futbolista con el termo bajo el brazo durante una visita al Vaticano
http://www.elobservador.com.uy/noticia/270714/un-mate-de-walter-gargano-para-el-papa-francisco/
"Mate para la historia", "Inolvidable", "Felicidad", tuiteó Walter Gargano junto a fotografías del Papa Francisco bebiendo el mate que el futbolista uruguayo le cebara el sábado en una visita de su equipo Parma al sumo Pontífice.
En el video registrado por el club italiano puede verse que el Papa Francisco al ver a Gargano con termo y mate bajo el brazo le expresa: "Sólo un uruguayo es capaz de hacer eso". Luego de probar la infusión, Francisco recuerda que el presidente uruguayo José Mujica también trajo el mate al Vaticano .
"Usted sabe tomar mate, porque tomó toda el agua", le dice Gargano, cuando el Papa le devuelve el mate. Francisco sonrie y alza el pulgar.
El Parma, que este año festeja su centenario, señaló en un comunicado que la atmósfera íntima del encuentro se potenció cuando "el Papa pidió compartir un mate" a Gargano.
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