El Señor siempre nos perdona y nos acompaña. Es cuestión nuestra dejarnos perdonar y acompañar.
El Papa recordó que Dios es un Padre bueno, que nos ha elegido y bendecido antes de la creación del mundo. Un Padre que no abandona, sino que nos sostiene, ayuda y salva con una fidelidad que sobrepasa infinitamente la de los hombres, para abrirse a dimensiones de eternidad.