
Del mismo modo también señala que la finalidad no es que sea solamente una fecha católica, sino que represente la armonía de las diferentes religiones y culturas del mundo. Adicionalmente llama a combatir las principales amenazas a la Paz, entre las cuales se encuentran el egoísmo en las relaciones entre las naciones, las violencias a que algunos pueblos pueden dejarse arrastrar por la desesperación, al no ver reconocido y respetado su derecho a la vida y a la dignidad humana; el peligro de a los terribles armamentos exterminadores de los que algunas Potencias disponen (...); y el peligro de creer que las controversias internacionales no se pueden reslver por los caminos de la razón (...). (Papa Pablo VI, 1968).
ORACIÓN FRANCISCANA POR LA PAZ
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¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado...
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